Autor: Hésper Eduardo Pérez Rivera
Año: 2007
ISBN: 958806347-7
Coedición de la Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas, Centro de Estudios Sociales CES con Tercer Mundo Editores del Grupo TM S.A.
El problema de la formación del Estado nacional en América
Latina, asumido desde el punto de vista de la explicación sociológica,
consiste en descubrir las tendencias de su desarrollo, lo
que implica necesariamente el uso de la teoría. Es sólo mediante
ésta que pueden develarse los elementos estructurales que lo
caracterizan y precisarse sus variaciones a lo largo del tiempo.
Un concepto de Estado nacional válido para el conjunto de países
latinoamericanos supone un grado de generalización en el que se
halle comprendida la especificidad de los procesos particulares.
A tal concepto aún no se ha llegado. El presente trabajo se plantea
como una aproximación a ese objetivo.
En la selección de los países de estudio me atuve a la enseñanza
de Marx que, como es sabido, escogió a Inglaterra como objeto de
su clásica investigación, porque consideraba que en la sociedad
más avanzada se hallaban las claves del devenir de las menos desarrolladas.
En el caso de Hispanoamérica era claro para mí que
Argentina y México cumplían con ese requisito. Incluí a Colombia
no sólo porque me interesaba ver su evolución en contraste con la
de los dos países mayores, sino porque, a mi ver, aporta al conocimiento
de la región dos rasgos culturales propios, más evolucionados
que en los demás países, el mestizaje y la tradición civilista.
Añado a lo anterior mis lazos intelectuales y afectivos con ambas
naciones. Pasé varios años de mi juventud en Buenos Aires en una
época convulsionada, que viví intensamente, en razón de mi
militancia en el movimiento universitario de esa época. Por otra
parte, trabajé en México como profesor en la década de 1970 en la
Universidad Autónoma de Guerrero. Puedo decir que, después de
Colombia, son los dos países que más he estudiado.
Tardíamente, por cierto, expreso mis agradecimientos a entidades
y personas que me apoyaron en el ya lejano período de recolección
de bibliografía para este libro: al Instituto de Altos Estudios
de América Latina de París y al Instituto Iberoamericano de Berlín,
en cuyas bibliotecas encontré documentos de suma utilidad para
mi trabajo; al profesor Carlos Rincón y a Bárbara Galonska, por su
generosa ayuda, sin la cual no hubiese podido adelantar mi cometido
en la capital alemana y a Luis Fayad, por sus manifestaciones
de amistad en esa misma ciudad. A la Universidad Nacional de
Colombia debo la libertad que disfruté para madurar este proyecto.
Al Centro de Estudios Sociales –CES– y a la Editorial Tercer Mundo
agradezco el haber acordado la presente publicación.
Latina, asumido desde el punto de vista de la explicación sociológica,
consiste en descubrir las tendencias de su desarrollo, lo
que implica necesariamente el uso de la teoría. Es sólo mediante
ésta que pueden develarse los elementos estructurales que lo
caracterizan y precisarse sus variaciones a lo largo del tiempo.
Un concepto de Estado nacional válido para el conjunto de países
latinoamericanos supone un grado de generalización en el que se
halle comprendida la especificidad de los procesos particulares.
A tal concepto aún no se ha llegado. El presente trabajo se plantea
como una aproximación a ese objetivo.
En la selección de los países de estudio me atuve a la enseñanza
de Marx que, como es sabido, escogió a Inglaterra como objeto de
su clásica investigación, porque consideraba que en la sociedad
más avanzada se hallaban las claves del devenir de las menos desarrolladas.
En el caso de Hispanoamérica era claro para mí que
Argentina y México cumplían con ese requisito. Incluí a Colombia
no sólo porque me interesaba ver su evolución en contraste con la
de los dos países mayores, sino porque, a mi ver, aporta al conocimiento
de la región dos rasgos culturales propios, más evolucionados
que en los demás países, el mestizaje y la tradición civilista.
Añado a lo anterior mis lazos intelectuales y afectivos con ambas
naciones. Pasé varios años de mi juventud en Buenos Aires en una
época convulsionada, que viví intensamente, en razón de mi
militancia en el movimiento universitario de esa época. Por otra
parte, trabajé en México como profesor en la década de 1970 en la
Universidad Autónoma de Guerrero. Puedo decir que, después de
Colombia, son los dos países que más he estudiado.
Tardíamente, por cierto, expreso mis agradecimientos a entidades
y personas que me apoyaron en el ya lejano período de recolección
de bibliografía para este libro: al Instituto de Altos Estudios
de América Latina de París y al Instituto Iberoamericano de Berlín,
en cuyas bibliotecas encontré documentos de suma utilidad para
mi trabajo; al profesor Carlos Rincón y a Bárbara Galonska, por su
generosa ayuda, sin la cual no hubiese podido adelantar mi cometido
en la capital alemana y a Luis Fayad, por sus manifestaciones
de amistad en esa misma ciudad. A la Universidad Nacional de
Colombia debo la libertad que disfruté para madurar este proyecto.
Al Centro de Estudios Sociales –CES– y a la Editorial Tercer Mundo
agradezco el haber acordado la presente publicación.
Coedición de la Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas, Centro de Estudios Sociales CES con Tercer Mundo Editores del Grupo TM S.A.
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